Franmil Reyes y Sandro Fabián encienden la NPB: Poder dominicano en Japón.

El béisbol japonés vive una auténtica invasión caribeña. En una temporada llena de emociones, los dominicanos Franmil Reyes y Sandro Fabián han emergido como protagonistas de lujo en la Nippon Professional Baseball (NPB), destacándose con una producción ofensiva que mantiene en alto la bandera quisqueyana en tierras asiáticas.

En su segunda campaña en Japón, Franmil Reyes ha dejado atrás cualquier duda sobre su capacidad de adaptación. El corpulento toletero sancristobalense, apodado La Mole, ha descifrado el pitcheo de la Liga del Pacífico y se ha convertido en el terror de los lanzadores rivales. Con 28 jonrones y 80 carreras impulsadas, lidera ambas categorías en su circuito, al tiempo que mantiene a los Luchadores de Nippon Ham (71-46) a solo un juego del liderato que ostentan los Halcones de SoftBank (71-44).

Reyes, de 30 años, muestra un promedio de bateo de .284 en 111 partidos (114 hits en 402 turnos), reflejo de su consistencia y poder. Solo el japonés Teruaki Sato, de los Hanshin Tigers, supera su cifra de cuadrangulares (34) en toda la NPB, lo que coloca al dominicano como el segundo máximo jonronero del campeonato.

Este resurgir de Reyes es más significativo si se compara con su año de debut en 2024, cuando tuvo que ser bajado a ligas menores tras un inicio frío. Su evolución habla de trabajo, disciplina y una segunda oportunidad bien aprovechada, lo que lo perfila ahora como una pieza clave para los Luchadores y un serio candidato a renovación contractual.

Mientras Reyes domina los titulares, Sandro Fabián ha escrito su propia historia de éxito en la Liga Central. En su primer año con los Hiroshima Toyo Carp, el jardinero de 26 años ha sido una grata revelación. Acumula 15 jonrones, 57 impulsadas y 27 dobles (la segunda mayor cifra de la liga, solo superado por los 28 de Sato), además de un total de 131 imparables que lo ubican cuarto entre los mejores bateadores del campeonato.

Fabián llegó al béisbol japonés con altas expectativas, firmando un contrato de 5.8 millones de dólares por tres temporadas, y no ha defraudado. Su capacidad para producir en situaciones clave y su constante presencia en base han hecho de él una figura indispensable en la alineación de Hiroshima.

La explosión de Reyes y Fabián en Japón subraya la creciente influencia de los jugadores dominicanos en la NPB, una liga que en los últimos años ha servido de plataforma para revitalizar carreras y abrir nuevas oportunidades fuera del circuito de Grandes Ligas.

Ambos peloteros no solo han elevado su perfil profesional, sino que también mantienen viva la tradición del poder dominicano en escenarios internacionales. Su éxito refuerza la idea de que el talento caribeño no tiene fronteras, y que en cualquier rincón del mundo donde se juegue béisbol, un bate dominicano siempre puede marcar la diferencia.

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